Los sectores tecnológicos están en plena ebullición, por lo que el crecimiento inorgánico – operaciones de consolidación como fusiones y adquisiciones – son fundamentales para su crecimiento. Dentro de estas operaciones, las internacionales, también llamadas “Cross-Border”, suelen ser las que más valor añadido ofrecen y también las más complejas.

Una empresa dedicada a la publicidad digital tenía una base de accionistas muy amplia donde únicamente cuatro trabajaban realmente en la empresa.

Por ello, decidimos que, de cara a venderla facilitando enormemente el necesario proceso de negociación y due dilligence de toda venta, era muy conveniente consolidar todos los accionistas en los cuatro ejecutivos.

Después del año de consolidación procedimos a comenzar la búsqueda de compradores. Desde un principio, la empresa se quería consolidar en un grupo del mismo sector en vez de pasar a ser la participada de un fondo. Pertenecer a un grupo supone que entiendan tu negocio y, dependiendo del caso, permite el posterior desarrollo de los directivos en la nueva estructura e incluso el comienzo de nuevos negocios.

Analizamos y tuvimos reuniones con grupos grandes multinacionales, pero la integración suponía diluirse en una gran estructura. Finalmente, contactamos con grupos cotizados de tamaño medio y logramos cerrar la operación con uno europeo de tamaño medio.

Después de varios años de integración, la empresa funciona como una sola, los antiguos accionistas de la española participan en la gestión, y, además, han abierto nuevos negocios y nuevas áreas geográficas.